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Desafíos y preocupaciones en la salud mental del personal de salud: Un análisis de múltiples factores en diferentes contextos laborales

Recientes estudios en Chile y Honduras, revelaron preocupantes efectos de la pandemia de COVID-19 en la salud mental del personal de salud en ambos países. Altos niveles de depresión, ansiedad, insomnio y distrés fueron observados entre los trabajadores de la salud, lo que plantea serias preocupaciones sobre su bienestar y capacidad para enfrentar la crisis sanitaria.

En Chile, durante 2020 se recopilaron datos de 125 trabajadores de atención primaria y secundaria. Los resultados revelaron que alrededor del 65,6% de los participantes presentaron síntomas de depresión, el 74,4% experimentaron ansiedad, el 64,8% sufrieron insomnio y el 56,8% experimentaron distrés.

En Honduras, una revisión realizada por el Consorcio de Investigadores COVID, basada en 40 artículos relevantes, destacó los desafíos y problemas de salud mental enfrentados por los trabajadores de la salud durante la pandemia. Se encontró que estos profesionales experimentaron mayores niveles de estrés, ansiedad, insomnio y síntomas de depresión en comparación con el resto de la población.

Estos hallazgos resaltan la necesidad de abordar con preocupación el impacto negativo del desgaste profesional en el personal de salud en general y más allá de la pandemia. La sobrecarga de trabajo, las oportunidades de crecimiento, las relaciones laborales y la estabilidad laboral generan un riesgo constante de estrés.

Estudios previos también han señalado problemas similares en otros contextos. En la Universidad del Bio Bio en Chile en 2019, se encontró que la sobrecarga en el sistema de salud, la alta rotación de profesionales y la alta demanda asistencial afectan significativamente la calidad de atención y la salud de los trabajadores.

En Guayaquil en 2019, otro estudio identificó la falta de control, largas horas de trabajo, ritmo intenso, horarios impredecibles y falta de comunicación, como factores que pueden tener efectos negativos en la salud y el bienestar de los trabajadores. De manera similar Palomo, Carrasco, Bastías, Méndez y Jiménez encontraron en 2015 en un estudio sobre trabajadoras estacionales en Chile, que la conciliación trabajo-vida personal, el trabajo activo y las posibilidades de desarrollo, estaban asociadas negativamente con la satisfacción laboral de los trabajadores.

La comunidad en general también debe reconocer y valorar la labor de los trabajadores de la salud, brindando un apoyo emocional y mostrando gratitud por su dedicación y sacrificio. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo podremos proteger la salud mental y el bienestar de aquellos que están en la primera línea de respuesta ante la crisis sanitaria y garantizar una atención de calidad para todos.